archivo

Territorio

rascacielos_xoptimizadax-kqa-u202975807198fnd-575x32340diario20sur

Artículo publicado en la revista Sociedad de Amigos de la Cultura de Velez Málaga, y publicada por el Centro de Publicaciones de la Diputación de Málaga (CEDMA), con ISBN: 1699-4264

1. El problema

La ONU ha alertado de que para el año 2050, unos 6000 millones de personas vivirán en ciudades. Esto será aproximadamente el 70% de la población mundial. Una gran parte de estas personas están naciendo o nacerá en África, un continente que carece de las infraestructuras políticas, institucionales, culturales y físicas para asumir tal incremento poblacional. Ello afectará el orden mundial con la aparición de conflictos cada vez más complejos que requerirán nuevas formas de gestión a la altura de este proceso, que por grave que lo percibamos en la actualidad, es sólo incipiente. Se impone una reflexión sobre cómo queremos que sean esas ciudades.

2. La Ciudad Global

En el año 2000, se publicó el libro “La ciudad global: Nueva York, Londres, Tokio”, de la socióloga y economista Saskia Sassen, profesora en la Universidad de Columbia y una de las mentes más lúcidas del panorama intelectual contemporáneo.

Sassen enfatiza la importancia de las ciudades afirmando, que el futuro del mundo es el futuro de las ciudades y no el futuro de los países. Ciudades interconectadas en un mundo neoliberal en el que se desarrolla la vida de quienes las habitamos. Desde la caída del muro de Berlín, el Estado Nación sigue un proceso acelerado de jibarización frente a la cada vez mayor capacidad de acción de nuevos agentes jurídicos, como las grandes corporaciones trasnacionales o los entes financieros.

Read More

Artículo publicado en Ameco Press, por Andra Abreu López.

A pesar de que no existen fórmulas universales, los colectivos y las profesionales del sector siguen trabajando por lograr espacios urbanos más igualitarios, inclusivos y respetuosos

Madrid, 31 jul. 18. AmecoPress.- En una casa cualquiera de cualquier barrio de Madrid, una mujer de unos 65 años se levanta con las primeras luces del sol para hacer compras y recados. Un poco de pasta y tomate. Galletas y yogures para las nietas. Luego, una visita al médico y a la farmacia. Vuelve a casa para preparar la comida y, cuando la tiene lista, va a buscar a las niñas al colegio. Más tarde las lleva y recoge de clases particulares y las acompaña al parque a jugar. El movimiento que esta mujer realiza en su día a día es, según la perspectiva del urbanismo feminista, poligonal: casa-supermercado-médico-farmacia-casa-colegio-casa-clases particulares-parque-casa. Mientras que la ciudad en la que vive —colmada de edificios altos, surcada por avenidas interminables—, está diseñada para una movilidad de tipo pendular: casa-trabajo-casa.

¿En qué consiste el urbanismo con perspectiva de género?

La organización de las ciudades no es neutra. La mayoría de ellas está pensada desde la perspectiva de un sujeto universal, que no es representativo de la complejidad y la variedad de personas que las habitan. De esta idea parte el urbanismo feminista: de la diversidad.

“Tradicionalmente el hombre (blanco, joven, sano, con cierta capacidad adquisitiva y cultural y, en general, urbano) ha sido el centro del análisis de gran parte de los estudios sociológicos, quedando en un segundo plano las problemáticas de otros grupos de estudio, como las personas enfermas, las personas con algún tipo de limitación en la movilidad, las personas mayores, los niños y las niñas, las personas migrantes, etc.”, explica Susana García Bujalance.

García es arquitecta y profesora de Urbanismo y Ordenación del Territorio en la Escuela de Arquitectura de Málaga y lleva casi 20 años trabajando en la aplicación de la perspectiva de género a este campo de estudio. Piensa que el urbanismo feminista es aquel que, partiendo de esa disciplina técnica, aplica “un análisis segregado por sexos de las problemáticas urbanas”.

Read More

Capítulo de libro en «El proyecto del Paisaje», editado por Geometría en 2016.

 

imagen1

Estudio de visuales del ámbito de actuación del parque metropolitano “Madrid Sur”. Propuesta del equipo C.R.P.P. de Rosa Barba.

En los años 70, un nuevo enfoque histórico y cultural hizo que la sociedad se preocupase por el Medio Ambiente como elemento de atención global. El Club de Roma alertó sobre el peligro de un modelo de desarrollo basado en el consumo de los recursos naturales, y en los combustibles fósiles como fuente de energía.

El correlato urbano hablaba de una ciudad que había explotado, desdibujando el tradicional límite entre lo urbano y lo rural. Así, se ponía en crisis la metodología de análisis y proyectación que la disciplina urbanística había desarrollado desde el siglo XIX, momento en el que fue necesario planificar las grandes ciudades para albergar y ordenar la ingente llegada de una población que abandonaba el campo, para buscar nuevas oportunidades en la ciudad.

Más allá de las técnicas para edificar, las arquitectas y los arquitectos se encontraron en las últimas décadas del siglo XX con la necesidad de crear teorías que les permitiesen transformar el entorno, haciéndolo habitable. Hasta entonces, la medida y composición de las cosas había sido suficiente para transformar el ambiente, proyectándolo hacia el futuro.  Sin embargo, la realidad de las décadas del desarrollismo de los años 60 y 70, inspirado en los preceptos urbanísticos del Movimiento Moderno, mostraba que no eran suficientes las visiones parciales sobre el problema urbano, por mucho que éstas siempre tuviesen pretensión de globalidad. Tampoco eran válidas las propuestas sobre el medio rural que buscaban la eficacia productiva inmediata, ni la ingenua confianza en la capacidad regeneradora de la naturaleza sobre sí misma. Ninguna de ellas resultaban opciones válidas para enfrentar el dilema contemporáneo sobre qué hacer en el conflicto producido por la penetración del espacio urbano, en el antaño diferenciado, espacio rural. Read More

Imagen del Blog de Fernando Bono, escultor (https://fernandobonoescultura.files.wordpress.com/2016/02/deshabitar3.jpg)

Imagen del Blog de Fernando Bono, escultor

Capítulo del libro «El hombre en la frontera tecnológica», de 2015 con ISBN: 978-958-764-xxx-x  , publicado por la Universidad Pontificia Bolivariana y editado por Victor Hugo Gómez Yepes, Miguel Ángel Asensio y Juan José Padial Benticuaga. Artículo redactado con el asesoramiento de Lourdes Royo Naranjo.

  1. El territorio como base del logos. La modernidad como ruptura del vínculo entre el hombre y el territorio

El territorio no es la geografía sobre la que se asientan las estructuras humanas. El territorio es una construcción colectiva, un diálogo del hombre con la naturaleza a lo largo de la historia. Durante milenios, los primeros hombres y mujeres concentraron sus fuerzas en la construcción colectiva de una sociedad, una economía, una cultura y también una identidad asociada a un determinado lugar.

El conocimiento, el desarrollo de nuevas tecnologías y habilidades, hizo que la sociedad se empeñase en el control de todos los inconvenientes y obstáculos que se oponían a su dominio.

Todas esas manifestaciones, que a priori podrían juzgarse como de sometimiento y de poder sobre el entorno al que se aplican, no se desarrollaron en un espacio abstracto e ideal, pues la especial configuración física y natural de cada emplazamiento incidió de manera determinante en el desarrollo de las primeras comunidades, que a su vez produjeron una serie de efectos sobre el entorno y provocaron irremediables modificaciones sobre el mismo. En este punto de reflexión cabría señalar cómo en el inicio de todo este proceso los primeros grupos de cazadores recolectores coexistían en un mayor grado de armonía con su ambiente, pero cómo a medida que aumentaba la presencia del hombre en el planeta este fue transformándose más drásticamente y a su vez incidiendo aún más en las condiciones de vida del sapiens del siglo XXI.

Con todo ello y trasladando estas reflexiones a una capa presente, podríamos definir cómo este mismo proceso de interacción entre el ser humano y la geografía que habita, construyendo un territorio propio, ha llegado a determinar nuestra forma de habitar, de construir y de pensar el mundo. Read More

Artículo publicado en el número 19 de la Revista Paradima.

Si dejamos de lado las utopías que consideran sólo el bien de un pequeño grupo sin tener en cuenta el número de habitantes que hay sobre la tierra y la necesidad de gestionar los recursos para todos, podemos acordar que todas las utopías contemporáneas que podamos imaginar, o que ya se hayan imaginado, comparten un escenario común: la ciudad.

inmigracic3b3n-mujeres

Imagen tomada del blog de http://www.angelapaloma.com/

La ciudad existente, como el lugar donde desarrollar los ajustes necesarios, o una nueva ciudad como expresión de una nueva forma de organización social. En cualquier caso, una y otra, la ciudad heredada que nos conecta con la historia o la nueva ciudad que dará a luz hijos modélicos acordes a la nueva verdad de su configuración espacial, aparecen en los sueños de quienes aspiran a transformar la sociedad como la materia sobre la que labrar estas transformaciones.

Sin embargo, esto no es nuevo. Durante siglos, muchos fueron quienes aspiraron a sociedades nuevas que vivirían en ciudades nuevas: la ciudad de las damas de Christine de Pizan de 1405, las ciudades de los religiosos y tratadistas españoles Francesc de Eximeniç de finales del siglo XIV y Rodrigo Sánchez Arévalo de mediados del siglo XV, los falansterios de Charles Fourier durante la primeros años del siglo XIX, o la ciudad jardín de Ebenezer Howard de finales del s.XIX, han sido sólo algunas de las propuestas teóricas más relevantes. Y es que, no podemos obviar la influencia fundamental que todo núcleo urbano tiene en el modo en que una sociedad se representa y se gobierna. Por ello, la precariedad de las infraestructuras y la necesidad de equipamientos públicos durante los años 70 en España, dieron como resultado la reivindicación de mejoras urbanas y también políticas, en torno a la acción del movimiento vecinal de base durante los últimos años de la Dictadura de Franco.

La ciudad es el reflejo formal de la organización administrativa, cultural y económica de una sociedad. Si la ciudad falla, su sociedad se resiente.

Read More

El espacio público como espacialización de la construcción social

(Comunicación presentada en el XI Congreso Internacional de Antropología Filosófica, de la SHAF con el título “La interculturalidad en diálogo. Estudios filosóficos”, celebrado en la Universidad de Castellón los días 14-16 de Mayo de 2014) (*)

Según la definición de la Real Academia de la Lengua española, cultura es, en su primera acepción,
     “Conjunto de conocimientos que permiten a alguien desarrollar su juicio crítico.”
En su segunda acepción,
      “Conjunto de modos de vida y costumbres, conocimiento y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc”

En esta propuesta localizada en el contexto temporal actual y en el espacio definido por el sistema capitalista, abordaremos la cultura como el conjunto de modos de vida propios del “hombre último”, aquel hombre y aquella mujer que viven en un permanente flujo de experiencias y que conducen su vida como usuarios terminales de sí mismos y de sus oportunidades (Sloterdijk, 1994 pág. 99)

En este sentido, no entendemos el capitalismo como un sistema de producción, sino como un sistema orientado a la vivencia,

    “El capitalismo implica el proyecto de trasladar la vida entera de trabajo, deseo y expresión de los seres humanos, captados por él, a la inmanencia del poder adquisitivo” (Sloterdijk, 2007 pág. 211)

Hamilton

«Y qué es lo que hace a los hogares de hoy en día tan diferentes, tan atractivos» Richard Hamilton

La interculturalidad es considerada en esta investigación, como una condición de cultura para ese hombre último aculturizado, por cuanto es una forma de cultura que cohabita transversalmente con cualquier otra forma de cultura local.

Nuestra tesis sostiene que, el espacio público, como el escenario concreto donde la vida social se produce, acoge procesos de ocupación que muestran la tendencia a la resistencia que el hombre y la mujer contemporáneos oponen al proceso de globalización que implica la homogeneización del sistema de vida capitalista.

Consideramos como interlocutor para este argumento a Peter Sloterdijk, por cuanto su obra trata de traducir el debate sociológico contemporáneo a una poética del espacio. (Sloterdijk, 2007 pág. 180)

Según el autor,

     “Si hubiera que explicar de forma brevísima qué modificaciones ha producido el siglo XX en el ser-en-el-mundo humano, la información rezaría: ha desplegado arquitectónica, estética, jurídicamente la existencia como estancia; o más simple: ha hecho explícito el habitar” (Sloterdijk, 2006 pág. 383)

Read More

(Ponencia presentada en el Congreso Greencities&Sostenibilidad el 3 de octubre de 2013, junto con la arquitecta Starlight Vattano, de la Universidad de Palermo)

1. La realidad

Una mujer sale aceleradamente de su trabajo. Son las 7.30 de la tarde, más tarde de lo habitual porque en la oficina celebraron una reunión con la filial chilena y había que sincronizar horarios. Debe comprar un regalo para el cumpleaños de un compañero de clase de su hija. Saca el coche del garaje del edificio donde trabaja y conduce presurosamente hasta el centro comercial más cercano. En los semáforos trata de leer los whatsapp desde su Blackberry corporativa, que durante toda la tarde han enviado sus hermanas al grupo a través del que se comunican. Ve la foto de su sobrino recién nacido, que ya abre los ojos. Aparca y baja del coche a toda velocidad para comprar una camiseta de calaveras en Zara, ya que ha leído en la web que previamente visitó antes de salir de la oficina, que éste es el motivo favorito de los niños ahora. Al llegar a casa sus hijas esperan ansiosas a mamá abrazándola, y mientras escucha sus historias del colegio, trata de contestar los mensajes acumulados. Preparando la cena, mira de reojo la tableta en la que busca los últimos datos de los balances trimestrales de la empresa. Antes de acostarse debe enviar un informe que esperan en Chile. Tras acostar a las niñas y acabar el informe, cena los restos de la comida del día anterior mientras ojea webs sobre videoarte. Quizá en el próximo viaje de trabajo a Chile pueda visitar la galería de esa artista que acaba de encontrar en la web…

Un hombre jubilado trata de mantenerse activo, y para ello practica el deporte que más le ha gustado siempre: el ciclismo. Pero cada vez encuentra más peligroso circular por las calles de la ciudad cuando va camino de una ruta ciclista que hay en las afueras de la ciudad. Es mayor y sabe que si lo atropellan o se cae, en su caso será fatal pues sus huesos son débiles. Hace tiempo que es habitual de internet y de las redes sociales, y aunque al principio le costó, terminó aprendiendo gracias a un curso del Centro de Mayores y a la ayuda de su nieta. Allí encontró una asociación local que promovía el uso de la bicicleta. Ha participado en paseos y actividades junto con otras personas que disfrutan de ese deporte. Pero hoy descubre por su perfil de Twitter, que la semana que viene se está organizando una concentración en un lugar estratégico de la ciudad para visibilizar la problemática de quienes utilizan la bicicleta como medio de transporte. Realmente para él la bicicleta es más una forma de pasar el tiempo que un medio de transporte, pero experimenta esos problemas cuando va camino del parque en el que sí puede correr sin peligro. Será la primera vez que asista a un acto como éste en la ciudad, convocado a través de las Redes Sociales.

Una pareja de turistas llega a una ciudad. Es la primera vez que la visitan, pero ya han tenido una experiencia sobre ella a través de internet. Han reservado vuelo y hotel eligiendo los precios más económicos a través de varios buscadores. Han visitado varios blogs de viajeros en los que han podido hacerse una idea de qué visitar, a qué lugares ir a comprar y en qué restaurantes cenar. A través de Google Earth y Street View conocen cómo llegar desde el aeropuerto hasta su hotel. Saben dónde coger un autobús que los lleve hasta el centro y qué recorrido hacer hasta llegar a su alojamiento, porque se han descargado una aplicación municipal de transportes públicos. Tienen una idea del museo que visitarán al día siguiente porque a través de la web del mismo ya han visitado la colección, por lo que podrán disfrutar con mayor conocimiento de la exposición. Después de descansar en el hotel, deciden pasear por la ciudad. A la hora de cenar se dan cuenta de que el “bar de tapas” que habían elegido desde su ciudad de origen, está cerrado por vacaciones, así que deciden ir a otro. Pasean por los lugares más iluminados y en los que hay más gente y actividad. Encuentran uno que tiene buen aspecto. Parece que es romántico y chich. Deciden buscarlo en internet a través de su Smartphone y evaluar las opiniones de los usuarios.

2. La smart city

Todas estas son experiencias habituales que tenemos cada una de las personas que habitamos las ciudades hoy. En todas ellas la relación con el espacio urbano está mediada por dispositivos de información. Somos ciborgs, en el sentido de Dona Haraway (Haraway, 1995), y nuestra vida no sería posible sin el acceso a los datos que nos proporcionan nuestras extensiones computacionales. Read More

Publicado en WPS Review International on Sustainable Housing and Urban Renewal, conISSN-e: 2387-1768.

Miles de viviendas construidas y vacías por toda la costa y en el interior; millones de metros cuadrados de suelo clasificado y paralizado; viviendas edificadas ilegalmente en el suelo no urbanizable o en suelos con clasificación o calificación incompatible; indefensión jurídica de miles de ciudadanos europeos ante unas leyes que no comprenden y que dejan fuera de ordenación en el mejor de los casos, unas viviendas compradas con el asesoramiento de bufetes de abogados que daban lustre jurídico a una situación nunca asumida por la administración ni por los administrados que encontraron en la venta del territorio propio el medio de alcanzar un lujo desmedido en un tiempo récord; colapso en la tramitación de figuras urbanísticas de planeamiento general que cuando finalmente son aprobados dan paso con una inmediatez esclarecedora a la modificación de sus parámetros básicos; agentes financieros que deben afrontar la resolución de conflictos jurídicos irresolubles en las fincas o inmuebles recibidos en pago por la falta de liquidez de empresas y usuarios y que habrían sido generados con el desarrollo incompleto de trámites urbanísticos en los años 70 y 80…

IMG_2166

Personas que son desahuciadas de sus viviendas por el impago de las hipotecas; edificios vacíos sin vender; estructuras inacabadas y constructoras inmovilizadas; noticias incomprensibles sobre la calificación internacional de los bancos y cajas de ahorro españolas, y sobre la cotización de la deuda española; amenazas de estancamiento económico cada vez más desalentadoras…

 ¿Qué ha pasado en los últimos años?

Read More

Imagen

(Comunicación presentada en el X Congreso Internacional de Antropología Filosófica, de la SHAF con el título «Guerra y Paz. Perspectivas Filosóficas», celebrado en la Universidad de Alicante los días 26-28 de Junio de 2012) (*)

1. Punto de partida. Enunciado de un nuevo marco conceptual.

Hoy en el mundo civilizado, vivimos una guerra sorda, una hostilidad latente entre grupos opuestos. En el contexto de crisis en que se desarrolla esta parte de la historia reciente desde la caída del muro de Berlín, la guerra ha modificado su sentido.

La violencia física entre naciones que en la primera mitad del siglo XX se conocía por guerra, ha pasado a denominarse conflicto armado, acción preventiva u ofensiva ante un ataque inminente.

Este hecho alerta -más que sobre el poder de un lenguaje que pretende ocultar la contradicción moral de una sociedad pretendidamente democrática y libre que  no quiere reconocer la violencia que aplica para lograr dichos objetivos-, sobre el desplazamiento que de una manera más bien oculta se está produciendo en los objetivos y el campo de batalla donde se produce la guerra.

Guerra, según la Real Academia Española de la Lengua, es la desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias o la lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una misma nación.

Pero también es, en su cuarta acepción, la lucha o combate, aunque sea en sentido moral. Y en su quinta acepción la oposición de una cosa con otra.

En una guerra, la oposición entre las partes genera violencia, que significa aplicar medios para a través de la fuerza -no necesariamente armada-, vencer la resistencia de una parte contra la otra.

Podríamos convenir que hoy se está produciendo una guerra entre el hombre y un conjunto de elementos heterogéneos en su naturaleza que generan una violencia que trata de someterlo a sus abstractos intereses y a una lógica ajena a su condición de hombre. Pero, ¿dónde se desarrolla esa guerra? Read More

(Capítulo publicado en el libro «Málaga como Laboratorio Urbanístico. Esbozos para el entendimiento de una habitabilidad difusa«, editado por la Fundación Málaga Desarrollo y Calidad concebido como proyecto para la reflexión sobre la naturaleza territorial de la provincia, en el que han participado varios autores como Juan Freire, ó José Seguí)

clip_image002

1.

Es fácil encontrar artículos de prensa, libros, entrevistas donde a la gente se les pregunta por el territorio, donde se habla de ese concepto con vocablos técnicos y grandilocuentes….pero pocas veces nos paramos a pensar que “ese” territorio del que estamos hablando no es más que el lugar donde “nosotros” vivimos, donde habitamos.

No es un hecho abstracto e impersonal sobre el que se pueden dar opiniones ajenas a lo que acontece. Ese territorio no está vacío, ni está habitado por “otros”, en la tranquilidad de que, en todo caso, serán esos “otros” los que lo gestionen y se ocupen de él, sino que somos nosotros quienes nos responsabilizamos de él con el cuidado de nuestro habitar y quienes lo disfrutamos o sufrimos. A fin de cuentas…yo vivo aquí, en mi casa, y trabajo allí, en ese otro sitio al que llego con más o menos dificultad o, quizá, mi trabajo lo desempeñe en mi domicilio, haciendo que ese territorio sea ajeno; entonces, el territorio se hace virtual  y es en esa dimensión en la que me desenvuelvo.

Puedo tener una opinión muy elaborada y documentada sobre el entorno que lo constituye o simplemente no pensar sobre ello porque es algo que no termino de entender. Pero muy a menudo olvidamos, tanto técnicos y técnicas como personas[1], más o menos conscientes de esa dimensión territorial, que es sobre el soporte del territorio  donde unos y otros vivimos, desarrollamos nuestras actividades cotidianas o proyectamos nuestros anhelos.

En cuanto que allí se residencia, a partir de los años 50 del siglo XX, buena parte de nuestra vida, sería necesario para sus habitantes la existencia de una mirada preocupada, atenta y consciente sobre las expectativas, planes y diseños que sobre el mismo proyectan las instancias políticas, las atenciones ecológicas o los intereses económicos o comerciales,  pues a sus efectos e impactos no son ajenas las dimensiones ambientales, espaciales, paisajísticas, infraestructurales o económicas, habitacionales, que constituyen nuestra vida.. Read More